domingo, 28 de octubre de 2012

En memoria de un luchador.

Extraído de "Care for anging".

Recuerdo cómo empezó todo.

Cuando viniste por primera vez con tu enfermedad.
Cuando sospechamos tu diagnóstico.
Y cuando te derivé a un compañero para confirmar o descartar mi sospecha.

¡Qué coraje no haberme equivocado como otras muchas veces!

Recuerdo también cuando volviste con el diagnóstico de certeza.
Cuando me preguntabas una y otra vez sobre las posibilidades que tenías.
Cuando me decías que lucharías hasta el final.
Y cómo de ilusionado fuiste al Oncólogo.

Recuerdo cuando se te cayó el pelo.
Los vómitos que tenías cuando te daban quimioterapia.
Y lo bien que te sentías entre las sesiones.

Y lo contento que estuviste unos meses.

Más tarde comenzaron los dolores.
Y yo te dije "Que no te duela que entonces me duele a mí".
Y tú sonreíste.

Y entonces comenzaste a sentirte mal.
Y comenzaste a venir sin cita.
Tenías todas las del mundo.

Y cómo dejaste de poder venir.
Porque ya el motor no funcionaba.
Y cómo tuve que ir varias veces a verte a casa.

"¡Cómo tú no vienes, pues ya vengo yo!"
Te decía.

Y entonces llegó el momento.

Luchaste durante mucho tiempo.

Con valor.
Con sacrificio.
Con entrega.
Con ilusión.

Solo te quedaba despedirse dignamente de este mundo.

Y éso, también se pudo conseguir.


4 comentarios: