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viernes, 2 de diciembre de 2011

"Turrón del duro" para el mes de Diciembre.



Comienza Diciembre y vuelve lo de todos los años.


La sobrecarga de Atención Primaria.


En estas fechas siempre "se juntan el hambre con las ganas de comer".


1. El Hambre.


A nivel del Centro de Salud disminuimos la cantidad de profesionales médicos que atendemos a la población.


Por dos razones .


Primera, porque algunos tenemos vacaciones, y otros días de libre disposición.
Que usamos para disfrutar de las fiestas con nuestros familiares.


Ejercemos los derechos que tenemos como trabajadores.


Segundo, porque no se contratan sustitutos para compensar esas consultas libres de profesional.


Por ajuste presupuestario.


Aunque ya hace años que no contratan compañeros para estas eventualidades.


Como consecuencia de lo anterior, ¿qué ocurre?.


Menos consultas disponibles para atender a nuestros ciudadanos.


2. Las ganas de comer.


El mes de Diciembre tiene tres festivos.
Este año los días 6, 8, y 26 (por el día de Navidad que cae en Domingo).


Con lo cual los pacientes tienen menos huecos en la agenda para poder asistir  al médico.


A eso se suma que la demanda clínica aumenta en este mes.


La patología sobre todo infecciosa respiratoria aumenta como consecuencia del frío.
En todas las edades de la vida.


Por tanto tenemos menos profesionales, para atender a mas ciudadanos enfermos que en otros meses. 


Está claro que eso solo se puede realizar atendiendo a cada paciente en menos tiempo.


Se produce lo que llamo además efecto Bomba Atómica.


Es decir; el nivel de estrés sube en todos los elementos que participan en salud.
Tanto en el usuario como en el Médico de Familia.


El paciente,  porque ve cerrada su puerta de acceso a los sistemas de salud.
Yendo predispuesto a la lucha, contra un sistema que le intenta impedir la entrada.
Y abusando de la vía de Urgencias  tanto en el mismo Centro de Salud, como en Hospitales y puntos de Atención Continuada.


Y el profesional, que tiene que atender más pacientes en menos tiempo.
Pacientes, que además, algunos ni siquiera son de su cupo.


Y por tanto ni siquiera le pagan por atenderlos.
No entran en nómina.


Si hay un acceso a la Atención Primaria para todo el mundo.
Y añado, debe haberla.
Y si los trabajadores sanitarios tenemos derechos al descanso.
Y añado, por supuesto que los tenemos y debemos seguir teniéndolo.
Solo queda una manera para arreglar el problema perenne del mes de Diciembre:


Aumentar la contratación de profesionales en ese mes.
En Atención Primaria.


Y también por supuesto, en los Servicios de Urgencias.
Ya que, como hemos comentado anteriormente, lo que rebosa de Primaria, termina allí. 




Los Hospitales no suelen tener ese problema.
Ya que se puede intentar adecuar la demanda al déficit de profesionales.


Porque, por una parte, se pueden cerrar consultas externas y disminuir cirugías programadas en los quirófanos.
Y por otra,  porque se realiza una consigna de luchar contra todo ingreso hospitalario.
Consecuencia: Sobrecarga de la Observación de Urgencias.


Pero, claro eso obligaría a aumentar la partida presupuestaria a Atención primaria y Urgencias.


Y eso no procede.
Nunca procede. 

domingo, 27 de noviembre de 2011

De las Citas y las Preferencias Hospitalarias

Últimamente no sé ustedes, pero me estoy quemando con las citas preferentes.


Cita preferente es un cita que debe ir con mayor celeridad.
Mayor celeridad por que el Médico de Familia así lo estima.

Recalco ésto último.
Lo debe estimar el Médico de Familia.


Si somos serenos.
Entonces, tendremos las llaves.

Evidentemente, debe ser una patología o una entidad que requiera una cita Hospitalaria rápida.
Porque su proceso así lo demanda.

Y de la velocidad de comunicación entre niveles depende un rápido diagnóstico o una buena actuación ante esa enfermedad.

Con la excusa de conseguir una mayor calidad en la atención, en algunos distritos y para algunas especialidades, es necesario hablar por teléfono con el especialista hospitalario, en citas al que deseemos aplicar el estatus de preferencia.
Parece que esta vía de comunicación se ha puesto de moda.

Y en el supuesto caso que éste lo creyese pertinente, daría paso a la cita, creándose un hueco en la agenda para ese paciente en cuestión.
Hueco de asistencia con carácter preferente.

Varias cosas a comentar.

La primera, un médico de familia está completamente capacitado para saber si es preferente o no su derivación.

No necesita al policía hospitalario de turno que adecue su decisión.

Porque, ¿no sería eso una especie de censura larvada?


Parece que un gestor piensa de la siguiente manera:


Los médicos de cabecera no saben lo que es o no es preferente.
Ergo pongo auditores pre-cita que examinan esas derivaciones.

Evidentemente, los gestores van a decir que la misión es la comunicación.
Que lo que quieren es la adecuación o no de la preferencia.
Que los recursos no son ilimitados.
Y hay que utilizar bien aquello de lo que disponemos. 
La gestión responsables de las citas.
Bla, bla, bla....


Pero a lo de la gestión de las citas,  se les suele olvidar el apellido.


Hospitalarias.


Porque la gestión de las de Atención Primaria les importa mucho menos.

Segunda cosa, muchas veces parece que el médico de cabecera tiene que ir tras el especialista hospitalario como si eso fuera lo único que tenemos que hacer en todo el día.

Tenemos al menos cincuenta y tantos pacientes todos los días, con cinco minutos por paciente.

¿En qué momento llamamos?


- Mire, usted es que vamos con un poco de prisa y......

Pero suponganos, que encontramos un hueco y lo telefoneamos.


¡Qué trabajo cuesta comunicarse con el especialista hospitalario en cuestión!.


Lo más probable que ocurra es que no se encuentre disponible en ese momento.

Y si, para mas INRI, hablamos con él, no siempre terminamos entendiéndonos.


En ocasiones, parece que les estamos pidiendo un favor.

Llegando a veces a decirte:
- Hazle tal o cual cosa y me llamas otra vez. 


¡Uf! ¿Otra vez?.
¡No, señor!.


Yo intento que mis peticiones preferente se ajusten a criterio.
Y es cierto que a veces nos equivocamos.


Pero, para eso están los feedback.
Para poder rectificar y hacerlo mejor la próxima vez.


Y a aquellos compañeros que lo hagan mal repetidamente.
Pues nada, llamada al orden.


Pero no de antemano suponer que lo vamos a hacer mal.
Porque crean que seamos médicos de segunda.

Que yo me lleve media hora para gestionar una cita preferente, les da igual.


Porque puede que en ese tiempo me arrepienta.
Pudiendo incurrir en un problema de tipo legal exclusivamente mío.


O también que no pueda luchar contra los elementos.
O que me la resuelva vía telefónica el especialista hospitalario en cuestión.
Ahorrándose una cita.


Y ésto estaría muy bien, si yo pudiera disponer de más tiempo.
Menos pacientes y más tiempo para cada paciente.


Por lo que me podría llevar sin problema esa media hora pegado al teléfono.
Localizando especialistas hospitalarios.


Y tendría más tiempo si hubiera más Médicos de Familia trabajando en Atención Primaria.
Porque hubiera más recursos económicos para contratarlos.

¿Cuál es la razón de los gestores, para que intenten evitar siempre la sobrecarga hospitalaria, y en cambio les de igual la sobrecarga en atención primaria?


¿Por qué los Médicos de Familia les parecemos tan poco importantes?


¿Y tan poco científicos, que no podemos ni siquiera gestionar si una cita es preferente o no?