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sábado, 28 de abril de 2012

Conversaciones de la crisis en la sala de espera

Extraído de carteling.com


- Buenos díes, Carmen, ¿Por dónde va el "Gilbertman".


- Buenos díes, Rosario, acaba de entrar el de las 11 y cinco.


- Pos entonces me falta porque yo tengo a las 12.


- ¿Y que hace usted aquí tan temprano?


- Pos que he ido a que la Pilé me tome la tensión y yo no subo ya hasta el cerro.


- ¡Ah, claro!.


- ¿Tú que número tienes?.


- Yo las 12 menos veinte.


- Pos si no viene nadie, voy detrás tuya.


- Todavía es pronto.


- Ya...


- ¿Usted por qué viene?


- Yo por recetes, ¿y tú?


- A recoger una analítica.


- Ah...


- ¿Qué la traio, su hija?


- No, la Ramona, la hija de la Asun la panadera, que tenía que ir al Mercadona.


- Eso, porque desde ahí arriba....


- Yo, hija con las rodilles no puedo.


- Mi madre está igual que usted.


- Sí, mira como las tengo....


- Uh.. Pues aproveche ahora y se lo dice usted al Gilbertman.


- Pos sí que se lo voy a decir porque con las pastillas que hierven no se me quita.


- Mi madre toma unas capsulas rojas y, oye es tomarla y se pone la mar de buena.


- Sí, pero esa ya las he probao y a mí no me hacen ná. 


- Pos que le mande otras. Pero aproveche la cita porque la cosa está faté.


- Sí, yo la cogí la semana pasá.


- Pos como yo...


- Es que con esto de la crisis...


- Con la de médicos que hay en el paro... ¿Se ha enterao que van a tener que pagar las medicines?.


- Eso he escuchao.


- Yo no sé a dónde vamos a llegar.


- Pos a mí no sé de dónde me van a sacar el dinero.


- Ya, ¿y su yerno encontró trabajo?.


- Que vá, hija. Esperando que la Loli entre en la campaña del mantecao.


- ¿Y que hace mientras tanto?.


- Pos qué va a hacer, Carmen. Pos tos comiendo en mi casa.


- Ozú, ozú.


- Eso digo yo.






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- ¡Buenos días!
- Buenas.
- Buenos díes. ¿Que número tiene usted?
- Yo tengo a las 12 menos cuarto.
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- Pos lo que te iba diciendo, que la cosa está mu mala, y cómo me hagan pagar las medicines yo no sé lo que voy a hacer..


- Mi hermano Manolo está como su Loli. Es que no hay trabajo pa nadie. Mi marío sigue en la carpintería, pero no le sale ná de trabajo...


- Ozú, ozú.


- Veremos a ver ésto por dónde sale. El Manolo está de nervioso...


- Normé, a ver que va a hacer el hombre.


- Está faté. El otro día le tuvieron hasta que pinchar por Urgencias.


- Si es que esto no se pue aguanté.... De la Pilé vengo que me ha dicho que tengo la tensión por las nubes.


- Normé si es que tiene usted muchas coses encima.


- Si que es verdad, hija. Se lo tendré que decir al Gilbertman también. Yo le echo  la culpa a la de oriné. Que es que no me está haciendo ná. A ver si me la cambia.


- Digáselo que se las cambie, que tiene usted la tensión mu alta.


Ya, y tú ¿por que te has hecho una analítica?. ¿Estás mala?.


- No. El colesterol. Que lo tengo mu alto.


- Ah. Pos cuídate hija, qué eres mu joven.


- No,ya estoy tomando un yogur de ésos que baja el colesterol.


- Sí esos son muy buenos. A Antonia, la de Rafalito el carnicero lo tenía mu alto como tú, y fue tomarse una docena y ponérsele normé.  Yo también lo hice, pero a mí tampoco me sirvió. Es que a mí no me hace nada ninguna medicine y el Gilbertman me tuvo que mandar una pastilla del colesterol por la noche.


- A ver qué me dice el Gilbertman, porque yo pastillas no me tomo.


- Pos si fueras como yo... Nueve pastillas me tomo yo.


- Pos yo eso no lo aguantaba.


- Y que voy a hacer... Cuatro por la mañana; la de la tensión, la del azúcar grande, la que hierve y el protector, la chiquita pa orinar, el sintrom por la tarde, y por la noche otra del azúcar, la que hierve y la del colesterol. Nueve.


- Ozú, Ozú.


- Asín que como me hagan pagar las medicines no se qué va a ser de mí.


- Seguro que ellos no las pagan.


- Eso es seguro...


- Pos me voy a ir levantando porque después ya voy yo.


- Ea, yo me queo sentá, aunque después cualquiera me levanta.


- Se levanta cuando le toque, y si no puede yo le ayudo. Y no se preocupe que ya le acerco yo a su casa. Que la espero.


- Pos muchas gracias. No sabes lo que te lo agradezco. Tengo las rodilles faté. Bueno y ahora me dices cuando salgas que te ha dicho de lo de tu colesterol y me cuentas de tu madre, que no te he preguntao.


- Ea, pos ahora sigo hablando con usted que me toca....

viernes, 13 de abril de 2012

BÍTACORA DE UNA RESIDENCIA.



 Hospital de Osuna donde hacen la formación hospitalaria los residentes de la U.D. de M.F.y C,  de Sevilla  que eligieron plaza en la A.G.S. Osuna.


"Corría el año 2008 cuando me embarqué en esta aventura que pronto termina. 

Al principio no estaba muy segura de haber escogido adecuadamente porque separaban mi nuevo destino de la que entonces era mi casa más de 100km. 

Tuve que cambiar de casa, de vida y sobre todo de chip, pues en toda mi vida no había tenido más profesión que la de ser estudiante (cosa que sabía que no se me daba mal del todo).  

Las cosas no fueron fáciles al principio pues dejé el hogar materno, de donde nunca había salido, y comencé a vivir sola muy alejada de esos padres protectores que tengo y a los que estoy enormemente agradecida. 

En mis planes en estos cuatro años estaba el aprender a dejar de sólo estudiar medicina a estudiarla y vivirla. 

Poco a poco me fui dando cuenta que aunque perdí parte del sueldo en alquiler (y en el último año en gasolina y en horas de sueño por atreverme a comprar una casa cerca de mi pueblo de origen), gané en comparación, pues encontré en mi Hospital y mi Centro de Salud mucho más de lo que esperaba.  

Os pongo en situación, de R1 llegué al Centro de Salud de Estepa (que hasta ese momento sólo me sonaba ese nombre de verlo en cajas de mantecados y polvorones) con cara de circunstancia y más asustada que nunca, y me presenté al que entonces era mi tutor, que con su peculiar sentido del humor fue haciéndome más fácil la adaptación.  
Con él aprendí a manejar el programa informático, me empecé a acostumbrar a que alguien me llamara doctora y fui dando las primeras pinceladas en el lienzo del médico que estaba empezando a nacer… 

Cuando ya me iba acostumbrando a la vida en el Centro de Salud, con sus partes de baja, sus programas de embarazo, diabetes, sus desayunos en equipo y demás, me llegó el turno de las rotaciones hospitalarias, que comenzarían tras las vacaciones de Navidad. 

Era, soy ( y seré hasta dentro de poquito) residente de Medicina Familiar y Comunitaria en Osuna, un Hospital Comarcal pequeño y alejado de la capital. 

Aunque a priori presenta muchas carencias con respecto a los grandes hospitales de Sevilla  también tiene unas características únicas como son el no existir residentes de otras especialidades (salvo Ginecología y Psiquiatría), por lo que en todo momento y en cualquier servicio tú eres el protagonista, y si hay algo interesante que hacer lo puedes hacer tú; otra cualidad única es que los profesionales que allí trabajan forman una pequeña gran familia, te hacen sentir parte de ella, y puedes contar con ellos en cualquier momento. 

Tras finalizar el periodo de rotaciones hospitalarias me esperaba de nuevo volver al Centro de Salud, después de dos años de ausencia ( salvo por las guardias que realizaba allí, que hasta entonces habían sido pocas y en las que aprendes que, cuando estás en la ambulancia, a veces el espacio-tiempo se relativiza enormemente).  

Aunque cuando llegué las cosas no fueron como había planeado, no dejo de sentirme agradecida a todos los que han intervenido a mi formación desde los pacientes a todos los profesionales, pasando por mi tutor de R1 y parte de R3, y por mi tutor actual (que al pobre le ha tocado cargar con una residente que ya no es nada manejable como al principio). 

Como conclusión final de estos cuatro años que pasan volando, destacaría que aunque pensaba que de R1 no sabía nada, ahora siento y sé con seguridad que me falta mucho por aprender (me alegro de que sea así).

 Que aunque haya días que te sientas sobrepasado y que sientes que nadie te valora, sé que no sería feliz haciendo una cosa distinta que trabajar en las trincheras de la primaria.

Que es muy importante rodearte de gente a la que le gusta su trabajo para sentirte motivada.

 Y que estoy mucho más asustada que cuando llegué por el panorama que se avecina, porque tengo que aprender una cosa nueva que nunca he hecho, y  es buscar trabajo (además en una época en la que el paro sigue aumentando y en la que los recortes están dejándonos una herencia más que regular). 

Pero que más allá de conocer cómo soy como médico,me he conocido como persona gracias a toda la gente que me he ido encontrado estos cuatro años.

Y porque la Medicina Familiar y Comunitaria más que tratar de grandes profesionales( que los hay), trata de GRANDES PERSONAS".


Nieves Terriza Fernández, Residente de 4º año de U.D. de M.F. y C. de Sevilla, A.G.S. de Osuna, C.S. Estepa; @Dra_Snow