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martes, 16 de agosto de 2011

¿Y tú de quién eres?


¡He visto un paciente tuyo que tenía....!

Esa suele ser una de las frases mas típicas de todos los compañeros médicos cuando volvemos tras las vacaciones.

Y lo sabemos porque ante cualquier paciente que desconocemos preguntamos:

¿Y tú médico quién es?.

Cuando un compañero me hace la referencia de que "ha visto un paciente mío", a mí no me molesta.

Pero analicemos la frase.
Veamos que significa.

En un primer momento, nos viene a la mente que el paciente es de tu propiedad.

Nada más lejos de la realidad.

El paciente no pertenece a nadie.
Ni a su familia.
Mucho menos a un médico.

Lo correcto sería:
¡He visto un paciente de tu cupo que tenía....!

Bien, aclarado el primer punto pasemos al siguiente.

La mayoría de los compañeros lo comentan para que sigamos la evolución diagnóstica y/o de tratamiento del paciente.

Y esto me parece maravilloso.

Porque cuando venga de nuevo a nuestra consulta, estaremos informados de antemano de su problemática.
Con la consiguiente rapidez en la actuación.

Aparte te permite prepararte el tema tranquilamente en casa, para poder actuar de forma más eficiente.

Por tanto beneficioso para el médico y para el paciente.

Sin embargo, otras veces, eso sí, las menos, se dice con un cierto retintín.

Pareciendo que el compañero que no se encuentra trabajando, es responsable que le haya tocado ver a un "paciente que no es suyo".

Y eso sí molesta.
Por lo menos a mí.

Porque realmente nosotros, los médicos de atención primaria, no tenemos la culpa que no nos sustituyan.


Planteo una pregunta, si no nos sustituyen, y los compañeros "ven tus pacientes", ¿quién o quiénes nos dan realmente nuestras vacaciones?.

Por lo tanto, no caigamos en culpabilizarnos entre nosostros, y sí en entender que el problema es de origen.

Y el origen es que no han contratado a ningún sustituto en verano en mi centro de salud.

Pero no debemos equivocarnos.
El paciente tampoco tiene culpa de nada.


Es más.
Recibe, sin querer, los efectos colaterales.

Los esfuerzos profesionales deben ir dirigidos a atender los problemas médicos de la población.
Sea cual sea nuestro cupo.

Es cierto, que se deben evitar aquellas visitas programadas.

Pero el resto debemos solventarlas.

Porque si no se produce una especie de "peloteo de pacientes".

Situación poco ética.

En la que no se termina de solucionar los problemas.
Volviendo los pacientes de nuevo a nuestras consultas, con el mismo problema.
Pero más enfadados y susceptibles.
Que nos podrían provocar problemas de una trascendencia médico-legal.

Por eso, cuando viene un paciente de otro cupo lo atiendo.

Intento hacer mi trabajo.
Lo mejor que sé.

Como si fueran de mi cupo.

Y cuando viene el compañero de vacaciones le digo:

¡He visto un paciente de tu cupo que...!