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miércoles, 23 de noviembre de 2011

Inocencia..o no.

Día 20 N.
15:30 horas.
Decido ir a votar.


Suele haber poca gente en ese horario.


Me dirijo a mi hijo de 6 años.


- ¿Vienes conmigo?.
-¿A dónde?
- A votar.
- Vale.


Veo que se dirige a la cochera, dónde habitualmente tiene sus juguetes.
Coge una gran pelota, con dos cuernos, donde se puede agarrar si se quisiera sentar.


- ¿Qué haces?
- ¿No has dicho, que vamos a "botar"?
- No "votar" con "v", no "botar" con "b".
- ¡Ah! ¿Qué es eso?
- Consiste en meter una papeleta en un sobre y echarla en una urna.
- ¿Y hay que colarla? ¿Desde muy lejos?
- No, te acercas a una mesa en las que hay unas personas y la introduces dentro.
- ¿Y yo puedo también votar?.
- No, hay que tener al menos 18 años.
- Pues, yo también quiero.
- Ya, pero hay que tener 18 años para poder hacerlo.
- ¡Uf, claro! Los papás y las mamás sí podéis votar y yo no puedo.
- Sí, eso es así.
- Bueno, y después ¿qué pasa?
- Pues nada, volvemos a casa.
- Entonces, ¿para qué sirve votar?


Ante esa pregunta, me quedo pillado.
Como ni yo mismo sé la respuesta, estoy un rato dudando.
Tras leer mi lenguaje no verbal, mi hijo vuelve a hablar.


Ve tú solo. Yo no voy.
- ¿Y éso?
- Yo no puedo votar, no parece divertido y no sirve para nada.


Nada que añadir al respecto.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Por favor, doctor, ¡Rescátame!

Rescate submarino 9 Una de las cosas importantes de la profesión del Médico de Familia en una consulta de Atención Primaria, es que  siempre estamos ahí.


Nuestros pacientes saben dónde encontrarnos.


Estaremos habitualmente detrás de una puerta.
La puerta de nuestra consulta.


Sin auxiliares, sin escoltas.


No como otros compañeros.


Es muy habitual que pidan: ¡Por favor, rescátame!


Pero curiosamente muchas veces no piden ayuda por un motivo médico.
Nada de eso.


Piden ayuda por problemas distintos.
Casi siempre burocráticos.
Que pueden ser de diferente índole.


Estas historias tienen su origen en tres pilares,a mi forma de entender.


El desaguisado puede ser exclusivamente realizado por el propio paciente.
Vamos, que éste metió la pata.
Y espera que el médico le saque del embrollo.


Expondré algún ejemplo.
Uno muy gráfico sería, que el usuario no quiso o no pudo hacer una gestión en un plazo determinado.
Ejemplo sellar la tarjeta del paro.


En ese caso la solicitud de rescate, consistiría en un justificante.
Justificante que solicitan al médico, y que a veces otras instituciones piden de forma subliminal.


Descargando el problema en el médico de cabecera. 


Evidentemente, no debemos realizarlos.


En primer lugar, porque falta a una mínima ética profesional.
Y en segundo lugar, porque cada uno es responsable de sus actos.


Apechuga con tu error.
Como yo apechugo con los míos.


A veces el desaguisado lo cometemos nosotros, los médicos de atención primaria.


Está claro que ahí sí debemos solucionarlo.


Un ejemplo de ésto,  sería una prescripción de una receta mal realizada.
Solo quedaría asumir el error y solucionarlo en el tiempo más breve posible.


En otras ocasiones, el rescate que solicita el paciente por parte del medico de atención primaria, proviene de los errores que tiene el propio sistema.


Introduciremos aquí tanto los fallos de los especialistas hospitalarios, como los de la gestión de las citas y la comunicación con el Hospital.


Pueden ser del tipo: no me ha llegado la cita del hospital, me llegó el correo fuera de plazo, me dijeron que me iban a llamar y no me han llamado, me falta la analítica que dijeron me iban a mandar, y así un largo etcétera.


Estos problemas si me cabrean.


Porque los primeros, simplemente no proceden.
Los segundos son fallos míos por lo que es obligación mía solventarlos.
Pero en estos terceros, debería resolverlo quienes los cometieron.


Y la falta de accesibilidad al especialista, y al hospital, superlativo en una zona rural a la que solo se puede ir tras media hora en coche como es el caso de la Z.B.S. Estepa, hace que a los Médicos de Primaria nos sobrecarguen por un trabajo que no nos correspondería realizar.


Y que al final, los médicos de Atención Primaria, en menor o mayor grado, tenemos que solucionar.
También con menor o mayor simpatía.


Puesto que somos trabajadores de la misma empresa que ha provocado el error.
Y aparte, el usuario no tiene culpa del fallo.


A veces, intentamos que sea el Servicio de Atención al Usuario o el Servicio de Cita Previa quiénes solucionen dichos inconvenientes.


Pero desde mi punto de vista, casi nunca aclaran estos fallos del sistema.


Dirigiéndolos, como no podía ser de otro modo, ¿a qué no saben a quién?
Sí, habéis acertado, a su médico de cabecera.


Nosotros, al final, nos la averiguamos para que el paciente se sienta más o menos satisfecho.


Con lo cual, el ciclo de asumir problemas "no nuestros" se perpetúan.


Os dejo, este magnífico vídeo "Rescue me" de Fontella Bass que viene como anillo al dedo a este post, aunque los rescates no solamente atañan a nuestra profesión.


Parece ser que la Unión Europea, está constantemente preocupada por rescatar algunos países, entre ellos España.

¿Es, en serio, éso un rescate?