Es un creative commons

sábado, 9 de marzo de 2013

Tres años después...


 

Aquí estoy tres años después.
Sorprendente.

Escribiendo.
Comentando.
Criticando.

Al principio no sabía que hacía aquí.
En un blog.

Pero me metí.
A trabajar por amor al arte.

Con aproximadamente un artículo por semana.

Lo gracioso es que sigo sin saber que pinto por estos lares.

O sí lo sé.

Lo bien que me siento cuando vuelco lo que pienso.

Cuando reflexiono.

Y movilizo sentimientos desde mi corazón a mi cerebro.

Y desde ahí a los dedos.

Y desde ahí a la nube.

Y desde ahí a tí.
Que me lees.

Y que haces esa retroalimentación tan enriquecedora.

Pensamientos revueltos en un principio.

Que se ordenan según un código.

Un código personal.

Por supuesto.

Lo que hago lo realizo porque me apetece.

Porque me hace sentir medianamente feliz.

Porque me gusta el resultado.

Nadie me obliga.

Nadie me incentiva.
Ni quiero.

No busco reconocimiento ni menciones.

Mi trabajo es reproducible al cien por cien.
Si quieres ni me menciones.

Solo soy uno que vomita lo que otros se guardan.

Me escondo tras un seudónimo.
Aunque cada vez es más difícil.

Si tengo que luchar que sea tecleando con dos dedos.

Poca gente me conoce en los congresos.

Y si he hablado mi voz ha sonado metálica.
Ni siquiera el azar me ha dado una oportunidad para el lucimiento
Es mi sino.

Solamente desvirtualizable para mis pacientes.

No prometo seguir otros tres años.

Pero sí, que cada artículo que escriba lleve un trocito de mí.

No sé cuántos me quedan.

Ya he gastado unos pocos.

¡Muchas gracias!