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sábado, 28 de enero de 2012

De la residencia al contrato basura o al extranjero.

Imágenes previas al exámen del MIR realizado por los licenciados en Medicina extraido de Ideal.es



Los Médicos Internos Residentes (MIR) lo tienen crudo.

Realmente toda la sociedad lo tiene.
Pero dentro del mundo médico, este colectivo tiene muchos motivos para ser pesimista.

Cada persona con su historia.
Cada persona con sus problemas.

No son solamente números.

Cada número es un individuo.
Que debería estar trabajando.

Pues a ese mercado laboral se tienen que incorporar al acabar la especialidad los MIR.

Un mercado laboral que está cerrado a todos los niveles.

Diréis que una gran parte de los médicos trabajan en los servicios públicos de salud.
Pues aquí también vale.
Ya que últimamente tampoco hay mucha diferencia con el sector privado.

Casi todos claman para que se sigan produciendo recortes en la sanidad pública.

Por narices, hay que ajustar el déficit público.
Si no, preguntarle a Esperanza Aguirre.

Recortes que evidentemente irán dirigidos a una menor contratación en el ámbito laboral.
Menos contratos de sustituciones.
Y menos calidad de los contratos.

Si ya eran un desastre, veréis ahora....

Por tanto, licenciados con cuatro y cinco años de especialidad peleándose por un contrato basura.

Y cuando falta el trabajo, se aceptan condiciones que jamás pensarías que se podrían aceptar.
Agarrándose a contratos inaceptables desde el punto de vista laboral.

Una lástima.

Evidentemente, muchos optarán por marcharse de España.
Buscando un reconocimiento que aquí se les niega.

En primer lugar, un salario conforme la responsabilidad que tenemos.
Para mí las ganancias no son lo más importante.
Aunque entiendo que para otros sí que lo sean.

Y en segundo lugar, unas condiciones laborales dignas.
A nivel de contratos, de sobrecarga asistencial, de perspectivas de crecimiento.
De ilusión de ser médico en definitiva.

Es menester luchar por los nuevos valores.
Los MIR son el futuro de la Medicina.

No permitamos la fuga masiva de talentos.
Una sanidad sin juventud es una sanidad con menor ilusión y calidad.

Lo dice un tutor que trabaja día a día con residentes.
Y que fue un MIR una vez.

¡Cómo pasa el tiempo!

Luchemos por ello.
Ustedes también, residentes.