Desde un punto de vista social, el hombre tiende a adaptarse a su entorno.
Desde siempre las personas que sobresalen en el ambiente en que se mueven, siempre han sido excluidos, o más bien mirados como si estuvieran fuera de lugar.
Es típico que el más inteligente fracase.
También lo es, que en un grupo de delincuentes, una persona que tenía una ética comprobada, se les una para no provocar un rechazo, realizando las acciones que se les vaya encomendando.
Pertenece al refranero "Dime con quién andas y te diré quién eres".
Sin embargo, la adaptación que es el proceso de ser capaz de convivir satisfactoriamente con un grupo en cuestión, la mayoría de la veces no es tan radical como los casos citados anteriormente.
Muchas veces en nuestro trabajo, o en nuestras amistades, hay distintos grupos que se separan entre sí por algunos matices: política, aficiones, sentimientos , etc.
Y hay personas que saben adaptarse a cada grupo ofreciendo a cada uno de ellos una parte de sí mismo, a su vez que acoge una parte de cada uno de esos entornos.
Éstos son personas con habilidades adaptativas que siempre son capaces de encajar en los ambientes en los que se incluyen.
Es frecuente a su vez que sirvan de nexos de unión entre los distintos bloques, de tal manera que sin ellos, no se podrían crear otros de mayor tamaño.
La habilidad para moverse en esa cuerda floja, es innata en ellos, pues una acción mal vista en algunos de los círculos, lo alejaría, provocando por tanto el rechazo de los miembros pertenecientes a éste.
Éso no significa que estas personas sean hipócritas ni mentirosas, significa que siempre es capaz de dar y recibir algo distinto de cada entorno en el que se suelen mover.
Para ello también es necesario pasar desapercibido.
Una persona con habilidades adaptativas nunca debe ser líder de ninguna sociedad. En el momento que se convierte en líder, deja de caer bien en otras, amén de crearse enemigos dentro de la misma que le han convertido en jefe.
La falta de liderazgo no significa que no sea capaz de manejar los distintos círculos en los que puede moverse, eso sí teniendo que hilar muy fino, a veces cediendo en algunas decisiones en las que no está de acuerdo, y siempre con el fin de mantener su anonimato.
Estas personas siempre respetan al compañero, pues aún en una mínima parte estará de acuerdo con él.
Jamás se reirá de nadie ni provocará conspiraciones.
Se podría decir que se van mimetizando con aquel que está alrededor.
Solo queda ya buscar a estos auténticos "camaleones".
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