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sábado, 9 de octubre de 2010

Miedo a verse ante los tribunales


El otro día estando de guardia estuve comentando con dos compañeros y amigos el tema de las denuncias en el ámbito médico.

Para mí está claro.
Equivocarte nos vamos a equivocar. Muchas veces. Muchas menos de las que acertamos, pero nos equivocaremos.
Seguro.

Esto también es un aviso para pacientes.

Pero vamos a a calcular. Supongamos que nos equivocamos en 1 de cada 100 actos médicos al menos. Esto sería, una vez de cada 2 días de trabajo.

Una barbaridad, y eso intentando hacerlo bien, que a veces nos encontramos algún compañero que otro...

Las realización de las denuncias son como un taburete con tres patas, depende de:
El sistema sanitario en el que el máximo responsable es el médico (son de las denuncias que vamos a hablar), el denunciante que serían familiares y/o pacientes, y el motivo de la denuncia que será mas mediática de manera directamente proporcional a la gravedad.

Con respecto al médico, una de las cosas que más le importan a los pacientes es la predisposición que tenga en la consulta.

Intentar hacer las cosas bien, mostrar empatía por el paciente, y escucharlo. Solamente con éso se pueden evitar muchas denuncias y reclamaciones.

Los pacientes normalmente toleran bien los errores; siempre que éstos no sean muy graves, si se sienten atendidos correctamente.

El estado de estrés en consulta y nuestra propia personalidad pueden influir en realizar una entrevista de mala calidad que nos puede acarrear problemas.

El conocimiento del enfermo también juega a nuestro favor. No es lo mismo un paciente "amigo" que uno que no nos conoce de nada. Seremos más fácilmente demandables en este último caso.

Si es paciente de nuestro cupo, y lo hemos atendido en otras ocasiones, habremos acertado muchas veces , con lo cual el error, para el paciente, será algo circunstancial.

Dentro del motivo de la denuncia depende, como hemos dicho antes, de la gravedad del error.

Si el error acarrea la muerte, y el entorno del paciente es consciente de ello, no habrá nada que no nos evite la denuncia.

Es importante registrar, bien en papel bien en sistemas de registro informático, lo que hacemos y lo que creemos que tiene, y que nuestra actuación sea coherente con nuestro diagnóstico.

También es importante explicar criterios de gravedad al paciente y familiares, para que si la evolución es tórpida, se consulte de nuevo, o a nosotros o a los servicios de Urgencias.

Esto no evitará la denuncia pero al menos si la cosa se pone fea, nos podremos defender decentemente en los tribunales.

No digo que haya que hacer medicina defensiva, pero si defenderse de las evoluciones de las enfermedades, que a veces son críticas y en la que los diagnósticos diferenciales nos hace fallar el diagnóstico correcto.

Tengo que decir que la mayoría de los médicos quieren hacer las cosas bien.

Es verdad, que a veces estamos desactualizados, pero esto no es solo culpa de los propios profesionales. También tiene culpa la administración no fomentando la realización de formación continuada en temas importantes. La falta de tiempo y de motivación influirían en este problema.

De todas maneras, el mejor de los médicos es el último que lo ve. La evolución del cuadro sindrómico es más claro y es más fácil de diagnosticar.

Es increíblemente importante para evitar denuncias médicas "no hacer sangre al compañero", cuando partimos además de una situación de ventaja bien en el tiempo, bien de tipo moral; lo hemos diagnosticado o somos su médico, respectivamente.

No estoy de acuerdo en cubrir al compañero siempre.

Es decir, no cuando se ha actuado de mala fe o con una ineptitud flagrante.

Pero si ha tenido un error dentro de los posibles diagnósticos diferenciales, no debemos fomentar la denuncia, ya que entra dentro de la difícil profesión médica. Hay que tener en cuenta que algún día nos va a tocar a nosotros.

La tercera pata para que se produzca la la denuncia sería el denunciante; es decir el paciente y/o sus familiares.

Es cierto, lo hablado anteriormente de que se producen menos cuando existe una relación amistosa con el paciente, pero también influye la personalidad de familiares y pacientes.

Aquellos más suceptibles tiene más opciones de demandarnos, así como aquellos que han tenido una experiencia médica dolorosa a la que asocian un error médico.

También es importante ser humildes, y si nos pidieran explicaciones por algún error, comentarles que es posible que éste se haya cometido (mas cuando nosotros sabemos que así ha sido), y explicarles que nosotros hemos intentado realizar siempre lo mejor para el paciente.

Empatizar con el sufrimiento de familiares y pacientes, al menos nos evitará "la saña" con la que nos atacará el denunciante.

Si al final nos vemos en una historia de denuncia judicial, simplemente paciencia.

Tenemos seguros civiles que nos deben cubrir si el problema no es muy grave.

Aún así, debemos estar preparados, pues es uno de los riegos inherentes a nuestro trabajo.

Debería ser como tener un accidente profesional.

Aún así, se comprueba que los compañeros que se ven envueltos en juicios de este tipo, viven un infierno durante los procesos judiciales, y no vuelven a ser los mismos después de ellos, tomando una actitud defensiva dentro de sus actividades profesionales.

Por favor, que tarde al menos, mucho tiempo en ocurrirme.....

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