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viernes, 25 de febrero de 2011

El mostrador


Comenzaré, desde hoy, una serie de artículos, que pretende fotografiar un centro de salud.
Mi centro de salud.

De forma intercalada con otros escritos, os iré mostrando las funciones de los miembros del equipo básico de atención primaria.
Mi equipo básico de atención primaria.

Equipo.
Bonita palabra.
Determina un trabajo común.

Pero un trabajo, que para ser bien realizado, necesita de la colaboración de todos.
Cada cual tiene que poner su grano de arena.
Grano que si no se pone bien, y en su sitio, se convierte en grano en la región donde nos apoyamos al sentarnos.

Define que todos somos necesarios.
Todos somos importantes.
Y todos dependemos de todos.

Pues bien, hoy os hablaré del mostrador.
En mi centro de salud, lo forman administrativos y celadores.

Representa el kilómetro cero del paciente.
El acceso a la autopista de la atención primaria.

Es cierto, que existe hoy existen muchas vías para coger cita.
A través de Inters@s ( salud responde, SMS e Internet).

Pero en los pueblos, como en el que yo trabajo, todavía poca gente utiliza estos sistemas de citación.

Cuando un paciente quiere una cita, lo primero que tiene que salvar es el mostrador.

-Quiero una cita.
Nada de "por favor", ni "si es usted tan amable".

Porque para el paciente el trabajador del mostrador, es un intermediario "cojonero".

Su objetivo es conseguir una cita con el médico, enfermero o trabajador social.
Y el mostrador solamente puede impedírselo.
Si no hay citas para ese profesional en cuestión.

Porque con ellos nadie quiere hablar.
Es más, no creen ni que tengan que explicarles nada.

Por eso, cuando la agenda está saturada, comienzan los conflictos con los pacientes.

Porque intentan entrar de Urgencias.
Y ellos se convierten en un filtro.

Filtro para que, nosotros los médicos, podamos trabajar con menor estrés.

Pero para ello, el mostrador, mi mostrador, se acumula el estrés en su chepa.
Disminuyen mi estrés, aumentando el suyo.

Y encima jamás se me han quejado por ello.

Ellos no tienen puertas.
Los pacientes aparecen en fila india.
Uno tras otro.
Como una serpiente, preparada para morderte.

Si hay un grito, el usuario de atrás se calienta.
Y es más fácil que envalentonado, grite también.

Pero no solamente lidian con los usuarios.
También tienen que lidiar con nosotros.
Los médicos.
Y también con los enfermeros.

Porque si en el fragor de esa batalla, el usuario gana y pasa al siguiente nivel.
Esto es , que lo vean los sanitarios, nosotros nos cabreamos.

Y a veces por asaltados por la ira, decimos, o más bien gritamos:
- Es que esto no es una urgencia. No me puede llegar a mí.

Me ha pasado en alguna ocasión.
Mea culpa.

Pido perdón públicamente, si alguna vez me he enfadado con el mostrador por alguna de las circunstancias anteriores.
Intentaré evitar que ocurra en otras ocasiones.

Aparte juega un papel fundamental en la armonía del centro de salud.
El mostrador nos conoce más a nosotros, los sanitarios, que nosotros a ellos.

Les llega información de los pacientes.
Establecen con ellos un feed-back.
Saben que médicos tienen citas, y cuando las tiene.
Saben quién trabaja de verdad, y quién se escaquea.

Están todos los días al pie del cañón.
Y es de justicia reconocerlo.
Hacer una labor impagable para los sanitarios.

Mi más sentida felicitación.
Seguid de la misma manera.

Aunque algún día tengamos algún desencuentro.

Porque, ¿qué pareja no discute alguna vez?

1 comentario:

  1. A tu centro de salud, mandaba yo a las "administrativas" que llevan el mostrador(están en todos sitios, menos en el mostrador)del centro de salud Alamillo (el nuevo del barrio), no saldrían vivas del pueblo, jejeje.

    UYn abrazo, Gilber.

    Pepe.

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